Efectos para la salud

 

El amianto es un agente químico clasificado como cancerígeno de primera categoría (C1), según lo establecido por el Real Decreto 363/1995, de 10 de marzo, por el que se regula la Notificación de Sustancias Nuevas y Clasificación, Envasado y Etiquetado de Sustancias Peligrosas, también le son de aplicación el Real Decreto 374/2001, de 6 de abril, y el Real Decreto 665/1997, de 12 de mayo, sin perjuicio de las disposiciones más rigurosas o específicas previstas por el Real Decreto 396/2006, de 31 de marzo BOE nº 86, de 11 de abril por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud aplicables a los trabajos con riesgo de exposición al amianto.

Aunque las fibras que contiene la variedad de asbesto anfíbol se consideran más peligrosas para la salud, organismos nacionales e internacionales han confirmado que todas las formas de amianto son peligrosas y todas son cancerígenas para el ser humano.

Efectos del amianto en la salud

Importante también destacar que no existe valor límite seguro para la exposición al amianto que no provoque daño a la salud (cáncer y demás enfermedades relacionadas). Una persona puede enfermar tras una leve exposición a las fibras (se ha observado un elevado riesgo de desarrollar cáncer en poblaciones expuestas a niveles muy bajos), mientras que otra puede permanecer expuesta largo tiempo sin sufrir daños. “...un solo gramo retenido en los pulmones puede desencadenar asbestosis...”. Congregado Córdova J. Informe pericial del amianto. Sevilla (1985).

 

“...un solo gramo retenido en los pulmones puede desencadenar asbestosis...”

 

Congregado Córdova J. Informe pericial del amianto. Sevilla (1985)

Ante esta situación, organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Agencia Internacional para la Investigación contra el Cáncer (IARC) recomiendan dosis cero, es decir, la prohibición mundial de su extracción manipulación y uso.

Efectos del amianto en la salud

Las fibras de amianto son microscópicas, pueden penetrar en el organismo sin que la persona sea consciente de ello a través principalmente de la respiración. La friabilidad de los materiales con amianto (capacidad para disgregarse en fibras cada vez más pequeñas), conlleva que de esta sustancia puedan desprenderse pequeñísimas fibras invisibles, “(con una longitud del orden de micras /millonésima parte de un metro/, de forma que una pulgada de mineral (unos 25 mm) puede dar lugar a un millón cuatrocientas mil fibrillas)”, que pueden ser inhaladas (o incluso ingeridas), penetrar en nuestro organismo y acceder a los alveolos pulmonares o en otras vísceras. Tras la primera exposición al amianto existe un período de latencia muy elevado, en el que las manifestaciones del daño para la salud no aparecen. Este periodo puede oscilar desde los 10 años hasta los 75 años tras haber la exposición inicial a las fibras, según el Protocolo de vigilancia sanitaria específica. Amianto.2013. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, con lo que la persona expuesta puede tener cáncer u otro daño relacionado con la exposición sin saberlo.

 

 

Esta situación conlleva o puede conllevar, por tanto, un elevado riesgo para la salud también en el mundo laboral, porque existe la posibilidad de exposición a esta sustancia por el trabajo con materiales con amianto (MCA). Además, existe amianto en edificios y multitud de materiales elaborados con MCA, con lo que en detarminadas circunstancias puede existir también exposición a estas fibras en el centro de trabajo, por el estado de degradación en el que se puedan encontrar las estructuras, o la finalización de su vida útil, etc. que podrían favorecer la liberación de fibras al ambiente de los lugares de trabajo y, por lo tanto, el contribuir al riesgo de afección pulmonar.

Algunos de los factores que inciden en el riesgo de contraer las enfermedades relacionadas con el amianto

 

Dosis o cantidad de fibras de amianto que entran en el organismo.

Duración o tiempo de exposición en contacto con el amianto.

El tipo de fibra, en función de la composición química del amianto, este se presenta en forma de una variedad concreta (del tipo anfíbol o serpentina). Las variedades de amianto anfíbol son las más dañinas para la salud (el amianto azul y el marrón son los más peligrosos) que la variedad serpentina (crisotilo).

Friabilidad del material, el daño para la salud de trabajadores y trabajadoras depende la existencia de fibras en el lugar de trabajo y, por tanto, de la liberación de fibras a partir de los materiales que contienen amianto. Los materiales friables (liberan fibras fácilmente) son mucho más peligrosos que los no friables (el amianto está fuertemente retenido en una matriz y es más difícil que libere fibras si no está deteriorado o a superado su periodo de vida útil).

La forma de exposición, si el contacto ha sido a través de la respiración es más peligroso que si las fibras de amianto han sido ingeridas.

Diámetro y longitud de las fibras, solo las que tienen un diámetro menor de 3 micrómetros alcanzan los alvéolos. Mayor diámetro y longitud favorece la deposición de las fibras en los bronquios, que pueden ser parcialmente eliminadas con la mucosidad, y dificulta la llegada a los alvéolos, (donde pueden ser parcialmente eliminadas por los macrófagos, efectiva en fibras de menor tamaño) donde producen el daño, (solo las que tienen un diámetro menor de 3 micrómetros alcanzan los alvéolos). Estudios realizados en animales relacionan el potencial fibrogénico y carcinogénico del amianto con el número de fibras de más de 5-8 micrómetros de longitud.

Los mecanismos de defensa del cuerpo humano tratan de eliminar las partículas de amianto, la capacidad de eliminación de estas fibras del organismo influirá o en la posibilidad de contraer alguna de las enfermedades relacionadas. A misma dosis de fibras de amianto una persona puede enfermar y otra persona no. El tabaco, en el caso del cáncer de pulmón, se ha demostrado que puede ejercer un efecto sinérgico multiplicando los efectos dañinos del amianto. Otros compuestos químicos peligrosos, o rutinas poco saludables como la vida sedentaria o no practicar deporte, pueden sumarse al daño producido por la inhalación de fibras de amianto y favorecer la presencia de enfermedades relacionadas con el amianto.

Las fibras de mayor tamaño son más fáciles de eliminar, ya que se depositan en la nariz y en las vías respiratorias superiores. Las más pequeñas llegan a los alvéolos pulmonares a través de las vías respiratorias, donde pueden permanecer mucho tiempo provocando desde la irritación hasta la destrucción del tejido pulmonar. Los principales daños por el amianto se detectan principalmente en los pulmones, en la membrana que envuelve a los pulmones (peritoneo) y en la pleura.

Efectos del amianto en la salud

Los síntomas son:

 

Falta de aire, silbidos o ronquera

Tos persistente que empeora con el tiempo

Sangre en la flema que sale de los pulmones al toser

Dolor o tensión en el pecho

Dificultad para pasar alimentos

Hinchazón del cuello y cara

Falta de apetito. Pérdida de peso

Fatiga o anemia.